sábado, 23 de agosto de 2014

simbología

                                                              




El tren


En contraste con la acumulación de sensaciones y significados positivos adheridos a la imposición del tren como avance tecnológico en el siglo XIX en las novelas en Europa occidental, en Rusia, con Tolstoi y demás contemporáneos, el tren es visto como una demostración de la propagación y apropiación por parte del Oeste a un territorio nuevo, junto con el racionalismo en Rusia. En la obra de Leon Tolstoi, re retrata muy bien la asignación al tren de un sentido negativo y crucial para la destrucción de una vida con la de Anna Karenina. Podemos identificar la secuencia de la historia en relación con este artefacto de la nueva industria en Rusia; Anna conoce al conde Wronsky en una estación, destruyendo por completo en sentido de la vida familiar; momentáneo a tal suceso, presencia la muerto de un trabajador que fue atropellado en los carriles del tren, significante el augurio; y su vida termina tirándose a una vía exponiendo este entorno en relación con la destrucción de la vida familiar, de la apariencia frente a la sociedad, y a su vida física por medio del suicidio.






Caballos en relación con el conde Vronsky


La intervención de las carreras de caballos en las que participa Vronsky, es introducida a la historia e índice en ella de manera racional. Frou-Frou, caballo hermosamente mantenido y caro comprado por el conde, es un símbolo de su relación con Anna la cual sería vista como el mismo cabello que monta Vronsky. Este aparece en la historia luego del conflicto que pone en juego la imagen de Anna y el peligro de su relación como amantes. La demostración de la carrera de caballos frente a Anna es una relación del peligro y la inestabilidad en que se ponen ambos; el rendimiento de Vronsky decae tiempo después de empezar la carrera lo que debilita toda su postura; y Anna es expuesta en la misma carrera peligrosamente por el dominio de sus emociones frente a ver a su amante en tal situación ardua. Esto incide en la caracterización y la postura que asumen los dos personajes, Frou-Frou es vulnerable, delicado y está bajo el dominio y el control absoluto del conde; relacionado con su compromiso adúltero visto como un riesgo claro para una mujer en 1870 en Rusia. Mientras Anna viene siendo el caballo que sufre y es vulnerado, el conde participa de una carrera donde escoge participar y donde si pierde, no es humillado ni puesto en riesgo, tanto como en su relación de amantes. Por ende, el caballo, muerto a causa de cierta acción de su dueño, es la misma Anna que por un error ajeno, se destruye trágicamente.








Levin y Kitty


El autor durante toda la historia remarca el matrimonio como una cuestión de aceptación y de relación y compromiso con un segundo miembro. Por  este motivo, el cortejo y la forma en que Levin intenta ganar el amor de kitty, es crucial para el desarrollo y el final de su historia. Al principio Levin es visto como un ser opacado por su pensamiento pesimista y negativo hacia que la aristocracia y la vida rural en contraste con sus ideologías filosóficas y existencial. También, al ser rechaza por Kitty, es puesto en un punto donde su complejo de inferioridad se alimenta de sus acciones y repercusiones para aislarlo en una cabaña, lejos de todo el mundo, sin contacto alguno con la sociedad sólo centrándose en el progreso que espera la agricultura reciba para mejorar los mecanismo tradicionales. Cuando se reavive la relación de Killy con él, se interponen ideologías nuevas y diferentes dentro de sus concepciones de lo que puede aceptar; aparece la religiosidad por parte de la unión matrimonial que debe requerir cierta actitud devota y conciliadora; y también como representación de la destrucción de su individualidad para así llegar a conformar una vida familiar. Es un símbolo de crisis-regeneración por medio de la fe y de las distintas concepciones religiosas que impidieron persistir en la idea de una vida alejada y vacía.